La luna y el gueto

29 de Noviembre 2018

¿Qué hace la diferencia entre problemas que se resuelven y aquellos que perduran, o empeoran en el tiempo? El director de la Escuela de Gobierno, Osvaldo Larrañaga, reflexiona sobre la política pública como una visión interdisciplinaria. Mientras se logran hazañas tecnológicas como enviar hombres a la luna y traerlos de vuelta, algunos problemas sociales persisten.

En su acepción más amplia, la política pública es definida como el conjunto de acciones que los gobiernos realizan para atender los asuntos y problemas públicos. De esta manera, ha habido políticas públicas desde que existen los Estados. Pero es solo desde mediados de siglo XX en que hay una aproximación más analítica a la política pública, con la creación de escuelas de gobierno en universidades norteamericanas y europeas.

Estos centros albergan a especialistas provenientes de la economía, el derecho, la ciencia política, la sociología y otras disciplinas, puesto que los asuntos públicos son multidimensionales y su comprensión requiere de una mirada de conjunto. Esta diversidad de profesiones muestra también que el estudio la política pública no es una disciplina en sí misma, sino que resulta de la aplicación de un conjunto de ciencias para entender e intentar resolver los problemas públicos.

La aplicación de las ciencias a la resolución de los asuntos públicos ha hecho posible logros importantes, en Chile y en el mundo, como son la reducción de la pobreza y de la desnutrición infantil, la erradicación de las enfermedades infecciosas, la mayor cobertura educacional, entre otras.

No obstante, hay problemas públicos que permanecen o incluso empeoran en el tiempo. Richard Nelson, profesor emérito de la Universidad de Columbia en Nueva York, hizo notar que la sociedad norteamericana en relativo corto tiempo de preparación había logrado la hazaña tecnológica de enviar personas a la luna y traerlas de vuelta, pero que no ha podido resolver el problema de larga data de la educación de los niños en los guetos urbanos.

¿Por qué hay problemas que la política pública logra resolver y otros perduran, o empeoran, en el tiempo? Hay una gama de razones que se podría aquí enumerar, pero hay tres particularmente más relevantes.

Así, hay problemas que son muy complejos de resolver, porque responden a un conjunto multidimensional de causas sobre las cuales no tenemos un buen conocimiento. Por ejemplo, el tratamiento del cáncer.

En segundo término, tienden a permanecer en el tiempo los problemas que aquejan a grupos que no tienen la suficiente fuerza política para hacerlos visibles a la opinión pública o hacer frente a grupos de interés que se favorecen del status quo. La persistencia de la desigualdad de ingresos es en parte explicada por esta última razón.

Tercero, el Estado puede no tener las capacidades requeridas para que la política pública sea efectiva, sea por falta de recursos, ineficiencia, corrupción o falta de interés. En Chile hay varios ejemplos que pueden citarse, como la capacitación laboral, la educación media técnica profesional o la situación de los niños vulnerados en sus derechos.

De esta manera, la efectividad de la política pública para resolver problemas públicos depende críticamente del conocimiento que tengamos sobre los mismos (un asunto técnico); de la capacidad que tengan los grupos interesados para priorizar temas en la agenda gubernamental (un asunto político); y de las capacidades que tengan los Estados para implementar políticas eficaces (el tema de gobernanza), entendiendo y lidiando con que los problemas públicos mutan en el tiempo y que aparecen otros nuevos.