[Columna Rafael Carranza en CIPER] Desigualdad de riqueza en Latinoamérica: altamente concentrada y persistente en el tiempo 

14 de Noviembre 2024

Rafael Carranza, profesor Escuela de Gobierno UC 

Link de la columna aquí.

Branko Milanovic se propuso a entender cómo opera la distribución de la riqueza. Para eso, el economista estadounidense, reconocido como uno de los mayores expertos entorno a los estudios de desigualdad en el mundo, se hace entonces la siguiente pregunta: ¿Quién ha sido el hombre más rico de toda la historia? Y propone una manera de responderla: el hombre más rico es aquel que podría usar su riqueza para contratar al mayor número de trabajadores al salario promedio de su época. 

Carlos Slim, el magnate mexicano, se ubicaría en el primer lugar de esta lista, con la capacidad de contratar a 440,000 personas en un año, llenando casi 10 Estadios Nacionales (o 5 estadios Aztecas). Muy por sobre del general romano Craso, el “hombre más rico de Roma”, quien podría haber contratado a 32,000 personas, John D. Rockefeller con 116,000 trabajadores, o incluso Mikhail Khodorkovsky, el oligarca ruso quien podría haber contratado a 250,000. Esta forma de entender la concentración de riqueza ya nos dice algo sobre América Latina y las brechas existentes entre la parte alta de la distribución y y una persona promedio.  

La evidencia sobre la riqueza en América Latina ha sido limitada, en parte debido a la falta de fuentes de datos de buena calidad. Sin embargo, en una investigación reciente desarrollada junto a Mauricio de Rosa e Ignacio Flores muestra que la desigualdad en la región es persistente, alta y puede ser observada ya desde el periodo posterior a la colonia. 

Gracias a fuentes de datos diversas, observamos que, durante las últimas décadas el nivel total de riqueza en un país, como proporción de su ingreso nacional, ha crecido en América Latina. Esto es lo primero que tenemos que saber para dimensionar la riqueza que existe en un país. Un aumento en esta proporción significa que el país en cuestión está acumulando riqueza a una tasa mayor a la del crecimiento de su economía. 

Para países como Brasil, Chile y México, la riqueza ha pasado de ser el doble del ingreso a casi el triple en 15 años. Sin embargo, todavía permanecen muy por debajo de los niveles observados en países de altos ingresos, donde la riqueza total es 5 a 7 veces mayor al ingreso. Curiosamente, esta razón para la riqueza pública se han mantenido relativamente estable, lo que significa que el crecimiento de la riqueza ha sido impulsado por aumentos en la riqueza privada. Si bien este patrón no dice mucho sobre la desigualdad, sí refleja la creciente importancia de la riqueza en estas economías. 

En cuanto a la concentración de la riqueza, y gracias a datos administrativos obtenidos en Chile, Colombia y Uruguay, encontramos que la proporción acumulada por el 1% de mayor riqueza es notablemente consistente en estos países y a lo largo del tiempo, situándose en torno al 40%. Este es un nivel alto de concentración, mucho mayor que en los países europeos (donde varía entre el 20% y el 30%) y cercano al de Estados Unidos.  

Complementamos este hallazgo con encuestas de hogares para Chile, Colombia, México y Uruguay. Estas encuestas muestran que la proporción de riqueza acumulada por el 50% inferior es inferior al 10% en estos países, e incluso negativa (es decir, las deudas superan a los activos totales) para Colombia. A pesar del número limitado de países en nuestro análisis, este análisis esboza un panorama de alta desigualdad de riqueza en la región. 

Nuestra revisión de la evidencia existente sugiere un patrón de alta y estable desigualdad de riqueza a lo largo del tiempo. También refleja la necesidad de mejores y más frecuentes datos de riqueza, su nivel y distribución. Estamos en las primeras etapas de la investigación sobre la desigualdad de riqueza en América Latina, muy similar al estado de la investigación sobre ingresos en la década de 1980 desarrollada por Oscar Altimir, entre otros. Pero la región posee un gran potencial para continuar este trabajo a partir de diferentes fuentes de datos e investigación de frontera.  

Con este desafío en mente es que nos reunimos del 13 al 15 de noviembre a discutir la evidencia reciente sobre desigualdad en el Segundo Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales y Gobierno 2024 “Inequidades en América Latina: Diagnóstico y Propuestas para un Futuro Equitativo”. A partir de este congreso queremos destacar y celebrar el gran trabajo desarrollado por académicos y académicas de las ciencias sociales en la región. En este congreso se discutirán temas como la medición de la desigualdad, su historia, desigualdades urbanas, la innovación y el capital humano, las interseccionalidades, sostenibilidad, o la política social con el objetivo de establecer un espacio para entender de mejor manera el complejo desafío de reducir las desigualdades en una de las regiones más desiguales del mundo.