Kenzo Asahi en Encuentro Energía Eléctrica: “¿Cómo me imagino las ciudades del futuro? Más eficientes, densas y justas”
El profesor de la Escuela de Gobierno UC expuso en este evento que contó con la presencial del Presidente Gabriel Boric. El docente se centró en pobreza energética y emergencia climática, y la relación de esto con las ciudades del futuro.
El profesor de la Escuela de Gobierno UC expuso en este evento que contó con la presencial del Presidente Gabriel Boric. El docente se centró en pobreza energética y emergencia climática, y la relación de esto con las ciudades del futuro.
Con la participación del Presidente de la República, Gabriel Boric, diversas autoridades, organizaciones de la sociedad civil, se realizó una nueva versión del Encuentro Anual de Energía Eléctrica organizado por Generadoras de Chile, Asociación de Transmisoras de Chile y Empresas Eléctricas A.G. La actividad se realizó en el Parque de la Familia de Parquemet en Quinta Normal, y congregó a cerca de 400 personas.
El objetivo del encuentro fue relevar el aporte de la energía eléctrica para mejorar la calidad de vida de las personas, y el rol estratégico de esta industria en la transición energética mediante el uso de la electricidad y la adopción de energías renovables. En esa linea, el profesor de la Escuela de Gobierno UC, Kenzo Asahi, fue invitado como uno de los speakers del encuentro para hablar sobre la importancia de la energía en la vida de las personas y lo relevante que es en el día día, focalizándose en la pobreza energética y emergencia climática.
Te dejamos el discurso del profesor:
“¿Cómo me imagino las ciudades del futuro? Más eficientes, densas y justas
En lo esencial, qué es la energía? (Calor? Luz, Movimiento?)
En la antigüedad y hoy, muchas culturas han venerado al sol: pura energía que se parte y se comparte.
Energía viene del griego enérgia, qué significa actividad. En la cultura judeo-cristiana, desde antes de la creación del mundo, el espíritu revoloteaba sobre las aguas. El antiguo testamento narra que Moises vio una zarza, sin consumirse. En un episodio clave para el cristianismo, a los discípulos de Jesús que iban a Emaús, cuando Jesús parte el pan en la mesa, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. La energía ilumina la zarzamora. El alimento, energía humana, se reparte en la mesa. Tal como ocurre día a día en todas las mesas del mundo.
La energía en la mesa, la energía que ilumina el mundo. La energía: clave para la actividad, para el trabajo. Me parece que, desde un punto de vista trascendente, humano, energía y justicia son conceptos inseparables. Creo que contar con la energía para calefaccionar nuestros hogares, para poder trabajar, comunicarnos y disfrutar en familia, son un imperativo de la justicia.
Hay personas que inspiran. En mi caso, me inspiran cuando veo en ellas consistencia entre un norte claro y una vida cotidiana coherente con dichos ideales. Pensando en los temas de esta charla (pobreza energética y emergencia climática), el inspirador de ésta es John Hills, el recientemente fallecido director del centro de exclusión social en London School of Economics, lugar donde hice mis estudios de postgrado. Él, una persona importante en la academia británica, nombrado caballero por la Reina, cada vez que se iba a la casa, iba apagando las pantallas de todos los computadores que veía a su paso. A su vez, ya que lo invitaban a muchas conferencias, mientras fuese factible, hacía los viajes por tierra.
En esta conversación, me centraré en las ciudades del futuro. Reflexionaremos acerca de cómo, con pequeños cambios en la política pública, podemos generar ciudades con un uso energético más eficiente, que nos ayuden a emitir menos gases invernadero y provean mayor justicia energética.
- Hablemos sobre pobreza energética. Por ejemplo, como saben, una familia está en pobreza energética si no tiene los medios para calefaccionar su hogar adecuadamente. En este tema, a salida, los invito a ver el testimonio de Doraliza Millalen, líder de una asociación mapuche en la Araucania, quien sueña con localidades sin pobreza energética. Sobre este tema, les tengo una pregunta, ¿se les ocurre alguna medida que ayude a disminuir la pobreza energética de las familias más excluidas? ¿estaríamos de acuerdo que, por ejemplo, como país subsidiemos las cuentas de energía eléctrica? Suena a que sería una medida difícil de financiar..
En cambio, una medida estructural y sustentable—ocupada en muchos países—es analizar en profundidad la normativa de aislación térmica de las viviendas nuevas y actualizarla periódicamente. Hoy está a punto de ser dictada una norma de aislación térmica que mejorará el estándar de aislación térmica; estaremos mejor, pero aún nos falta porque nos dejará con estándares parecidos a los de Europa hace 40 años. El problema es que las viviendas que se construyan bajo la nueva norma quedarán obsoletas en cuanto a eficiencia energética en un par de décadas. Afortunadamente, entiendo que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está en conversaciones con actores técnicos para introducir nuevas mejoras a la aislación térmica. Desde las universidades chilenas, y en particular desde Cedeus, con mucho gusto estaremos dispuestos a seguir colaborando con el Minvu para lograr normas de aislación acordes con los tiempos que vivimos y que nos permitan cumplir con la carbono neutralidad en veintisiete años más.
Un segundo desafío en esta materia, y del que ni siquiera hemos comenzado a hablar en Chile, es mejorar la aislación térmica del stock de viviendas existentes. Esto es parte de la política pública en varios países europeos. Es muy posible que, si no mejoramos la aislación térmica de las casas existentes, no cumpliremos con nuestro compromiso de carbono neutralidad al 2050. Estos cambios en la regulación podrían mejorar la vida de millones de chilenas y chilenos que pasan frío en invierno o guaguas y adultos mayores que mueren por contaminación atmosférica debido a que deben calefaccionar con leña o braseros.
- Segunda pregunta, ¿se les ocurre alguna relación entre la regulación de altura urbana y la emergencia climática? Cuando uno restringe la densidad en zonas bien conectadas (ej: barrios al lado del metro donde sólo se pueden construir edificaciones de tres pisos), las personas deben poblar lugares más alejados y peor conectados. Esto implica que dichas familias emiten más gases invernadero tanto por transporte como porque se van a viviendas en la periferia que requieren más calefacción. Por ende, la regulación de alturas y densidades en nuestras ciudades es un componente esencial en nuestra lucha contra la emergencia climática.
Hoy, la regulación de alturas está a cargo de los municipios. Lamentablemente, la escala local de la municipalidades hace que los incentivos políticos apunten a reducir densidades—no aumentarlas.
De hecho, en una investigación con colegas de la Escuela de Gobierno donde tenemos todos los cambios en regulación de altura durante los últimos 20 años para el Gran Santiago vemos que, a pesar de que la población ha aumentado ostensiblemente, las alturas permitidas, en promedio, han disminuido. Creemos que lo mismo se repite en gran parte de las grandes ciudades chilenas. Esto es una locura urbana. Si queremos ciudades más verdes, la regulación de alturas debiese estar en manos de autoridades o cuerpos metropolitanos que tengan más incentivos políticos a que tengamos ciudades más densas. Más aún, ciudades más densas harán que el precio de las viviendas no siga subiendo como la espuma y permitirán que menos familias vivan en campamentos.
3. Tercera pregunta, ¿Qué puedo hacer para que mi energía, el fruto del trabajo de mi familia, beneficie a la mayor cantidad de personas posibles? Hace veinte años, trabajé en el Hogar de Cristo. Ahí conocí a una pareja de ejecutivos muy exitosos que se acercaron al Hogar para donar un jardín infantil. Su lógica era la siguiente. Ellos fijaron un presupuesto que les permitía—y permite—vivir acomodadamente, pero sin grandes lujos. Todo el resto, lo ahorraban en un fondo destinado a donarlo a la mayor necesidad. Volví a saber de ellos hace poco y sé que ahora formaron una fundación que trabaja en forma muy rigurosa y seria en temas de infancia.
En resumen, si
- logramos una gobernanza para la regulación de alturas que nos permita lograr ciudades con una densidad equilibrada—más densas que las actuales;
- si logramos una norma de aislación térmica que sea moderna, óptima y que se actualice periódicamente; y
- si actuamos con la conciencia de que nuestro trabajo, nuestra energía y los bienes de este mundo tienen una vocación común, universal, creo que estaremos avanzando hacia ciudades y territorios más eficientes, sustentables y justos. Más aún, para comenzar a construir ciudades y territorios más sustentables y justos desde hoy mismo los invito a pensar qué acciones—grandes y pequeñas—en su vida personal están en línea con el profesor o la pareja que les comenté, quien no dejaba ninguna pantalla encendida, que evitaba a toda costa tomar aviones y que dedican su energía vital a que el fruto de su trabajo beneficie a la mayor cantidad de personas posibles.
Mi nombre es Kenzo Asahi. Soy nieto de descendientes japoneses. He tenido la suerte de haber trabajado en un gobierno local, una fundación, y en universidades estatales, públicas y privadas. Creo que los desafíos de mayor justicia energética, ciudades que emitan menos gases invernadero, y sistemas laborales e impositivos más progresivos, requieren que todos participemos. La profunda crisis política, social, económica y de seguridad que vivimos, no la podremos resolver y cruzar juntos sin generosidad y apertura por parte de todas y todos: el mundo empresarial, el gobierno y el sector civil. Nos necesitamos mutuamente”.
Puedes revisar el video de la jornada en el siguiente el sitio del encuentro.