7 de cada 10 directores perciben deterioro en bienestar emocional de estudiantes de enseñanza media
Monitoreo de escuelas en pandemia de agosto: Según el reporte elaborado por las universidades De Chile y Católica, los problemas de convivencia entre estudiantes y la ausencia de docentes volvieron a ser los desafíos más destacados por los directores y directoras en agosto. La inasistencia se mantiene en torno al 15%, por lo que los investigadores hablan de una tendencia crónica en lo que va del año.
El bienestar emocional, la violencia y la salud mental de docentes y estudiantes, en especial de los de enseñanza media, son las preocupaciones principales de los establecimientos educativos, según los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Monitoreo Educacional que elaboran en conjunto investigadores de la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC, y el CIAE de la Universidad de Chile, en colaboración con el Centro de Estudios del Ministerio de Educación.
La encuesta refleja la situación actual de los establecimientos del país entre el lunes 29 de agosto y viernes 2 de septiembre de 2022, y fue respondida por 1.129 establecimientos (el 13,2% del universo total y con características similares a este universo).
Un tercio de las y los directores reportó como principal desafío los problemas de convivencia o violencia entre estudiantes y la ausencia de docentes y, además, en comparación con julio, hubo un aumento en el porcentaje de establecimientos que reportó percibir niveles de violencia peores a los del 2019 (36% versus 29% de julio).
En cuanto al bienestar y salud mental de las y los estudiantes, si bien las cifras son levemente mejores que en el primer semestre (cuando se llegó el 80%), aún el 66% de las y los directores percibió un deterioro en el bienestar emocional de las y los estudiantes en relación a los niveles pre pandemia. Este porcentaje es mayor al considerar a los estudiantes de enseñanza media: el 72% de las y los directores percibe un deterioro en su bienestar emocional. Sobre este punto, entre el 48% y 65% de los EE reportan que síntomas como la irritabilidad, intolerancia, desinterés, tristeza y soledad de los estudiantes están peor que en el 2019, sobre todo entre los de enseñanza media. Las hospitalizaciones por salud mental también reflejan una situación preocupante en enseñanza media: un 34% de EE estaría peor en este ámbito al compararlo con 2019.
“Si bien nuestras cifras solo reportan percepciones de directores y directoras, sus reportes con respecto a la salud mental de estudiantes son alarmantes. Las causas pueden ser múltiples, por lo que es necesario profundizar más en este tema para dar la respuesta adecuada desde la política pública”, explica la profesora de la Escuela de Gobierno UC e investigadora Susana Claro.
“Los desafíos de bienestar socioemocional van de la mano de la recuperación de los aprendizajes, no son dimensiones independientes de los enormes efectos que la pandemia ha tenido”, dice Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE de la U. de Chile y uno de los autores del estudio.
A la salud mental de los estudiantes se suma la de los propios docentes. El 57% y 61% de los directores y directoras encuestados percibe que el bienestar socioemocional y la salud de estos profesionales está peor a la del 2019, respectivamente. Por ello es que señalan que los problemas de convivencia o violencia entre estudiantes y la ausencia de docentes vuelven a ser los principales desafíos en agosto (el 32%-33% los identificó como los más importantes).
“Los establecimientos están implementando múltiples estrategias para mejorar la salud mental y bienestar socioemocional de los estudiantes, así como también un alto porcentaje de escuelas y liceos están aplicando los recursos que ha desarrollado el Ministerio de Educación para su apoyo. Sin embargo, es indispensable redoblar los esfuerzos, pues el deterioro de estos aspectos sigue afectando a casi dos de cada tres colegios del sistema educativo”, indica Valenzuela.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, enfatiza que la salud mental y bienestar socioemocional de los estudiantes y comunidades educativas en general, han sido parte de las principales preocupaciones desde que asumió la cartera en el mes de marzo. “La convivencia, la salud mental y el bienestar son elementos clave para que las y los estudiantes se desarrollen integralmente. Por eso, este tema es uno de los cinco pilares de nuestra Política de Reactivación Educativa Integral ‘Seamos Comunidad’, la cual busca responder a los desafíos que dejó la pandemia en nuestro sistema educativo, y que contempla acciones para fortalecer el enfoque formativo en convivencia escolar. En este contexto estamos iniciando un plan de intervención de casos críticos de convivencia y violencia escolar en 60 comunas del país, estamos entregando formación a docentes y asistentes de la educación y estamos reforzando el Programa de Habilidades para la Vida, de Junaeb”, explica el ministro Ávila.
Se mantiene inasistencia
El reporte también da cuenta que la asistencia y desvinculación de estudiantes no han experimentado variaciones, manteniéndose la asistencia de las y los estudiantes en torno al 76% y el porcentaje de estudiantes que no tuvo contacto la última semana con su establecimiento en 2,9%, lo que equivale a cerca de cien mil escolares.
En ese sentido, Susana Claro explica que esta cifra se ha mantenido en lo que ha transcurrido de este año 2023. “Seguimos preocupados por la baja asistencia que se ha mantenido durante el semestre. Una asistencia baja puede afectar la trayectoria de un estudiante incluso años después de ingresar al mundo laboral”, señala.
El ministro Marco Antonio Ávila plantea que, debido a la pandemia, este año “hemos tenido una asistencia poco regular, lo cual es sumamente grave, pues la presencialidad de la educación es irreemplazable. Por eso queremos pedirles encarecidamente a todas las familias que envíen a sus hijos e hijas a los establecimientos educacionales, para así reactivar los aprendizajes y retomar el desarrollo integral de las y los estudiantes. El desafío es tan grande y relevante para el futuro de niños y niñas, que necesitamos el compromiso de todos y todas”. Una ayuda en este sentido será el cambio en el protocolo de Covid en los establecimientos, ya que desde el 1 de octubre fueron eliminados los aforos y ya no habrá automáticamente suspensión de clases ante alerta de brotes.